Este precioso cuento de la editorial Edelvives me enamoró a primera vista por sus divertidas y preciosas ilustraciones, pero su lectura tampoco deja indiferente a nadie:
''¡Qué buena eres Nina!'', le decía todo el mundo. Pero Nina estaba harta de ser tan buena, educada y perfecta. Así que un día decidió que las cosas iban a cambiar.
Es un cuento que pretende transmitir que cada niño es especial y único, la personalidad y la forma de actuar de cada pequeño no debería ser motivo para etiquetarlo como bueno o malo, cada uno es como es, no debemos forzar a nuestros hijos a actuar de una forma determinada continuamente como queremos. Esta historia nos intenta enseñar que los niños tienen sus días buenos y malos y se dejan llevar por sus intuiciones y conocimientos. Está claro que hay que mostrarles y enseñarles una serie de normas pero no podemos olvidar que son niños y que cuando no se comportan como desearíamos debemos ser pacientes y dejar que se equivoquen y aprendan de sus propios actos, poco a poco irán creciendo y alcanzando su plena madurez. Disfrutemos de la infancia de nuestros pequeños y dejemos que desarrollen su propia personalidad, son únicos.
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